Morelia, Mich., a 12 de diciembre del 2010.- La importancia del trabajo del Grupo Santiago de Querétaro consiste en recuperar el patrimonio de la música mexicana tradicional para devolverlo a la gente que lo ha visto perdido ante la llegada de otras culturas, aseguró su director José Favila Flores.
Con una trayectoria de poco más de 12 años de existencia, el grupo Santiago, de música tradicional mexicana ha logrado consolidarse como uno de los conjuntos más sólidos de su género en Querétaro, la región y hasta a nivel internacional.
“Nos han vendido la idea- y esto ya es un problema político social- de que nosotros valemos un poquito menos, que en lo que respecta a la culturas y la eficacia, la economía, la industria, son mejores los modelos de Europa, Estados Unidos y ahora, de hasta algunos países asiáticos”, señala Favila Flores, en entrevista desde su estudio en una angosta calle del Centro Histórico de Querétaro.
Con sus inseparables instrumentos musicales –un arpa, una guitarra y una huapanguera-, llegaron los músicos de Querétaro, con la certeza de que sólo aferrándose a estos espacios de literatura y cultura: “haremos frente a la violencia e inseguridad que azotan nuestro país”, apuntó José Favila, junto a sus hijos Paulina y José, herederos de una dinastía musical que se ha interesado sobre todo en la difusión, investigación y recuperación de la música mexicana tradicional.
“Lo que nosotros queremos es ser la alternativa a lo que hoy se vive socialmente con experiencia artística, en México pasamos de ser un pueblo artísticamente activo a ser un pueblo artísticamente pasivo, somos consumidores de arte, de todo: del bueno, del regular, del malo y del pésimo; pero con el trabajo que hacemos buscamos poner ante el público, los géneros de nuestra música tradicional, folklórica o regional”, señaló el músico.
Con muchas ganas de que su concepto sea entendido, el también investigador, puntualiza y define los distintos nombres con los que se conoce a la música tradicional: “Cada una tiene su connotación particular: la música vernácula, la que es de aquí, si hablamos de música vernácula es la que nace en estas tierras, la que está en contacto con los temas que la propician: musicales o líricos, es decir, a la que le tocó históricamente ser construida; folklórica porque el folklor significa la suma del saber popular; regional porque pertenece a alguna región en particular. Tradicional porque está inmersa en alguna tradición o ha sido propiciatoria de alguna tradición, popular porque surge del pueblo”, apuntó.
La música popular no surge de medios académicos, ni de escritores urbanos sino que en la mayoría de las veces es propia de la actividad empírica por experiencia del pueblo, a veces de verdaderas dinastías familiares, músicos empíricos, manifiesta José Favila.
La música mexicana tradicional nos pone en contacto no sólo con nuestro pasado sino con el valor que en otros momentos tuvo el ingenio, el sentido musical, la capacidad de comunicar y de sentir lo que vive un pueblo.
Grupo Santiago se compone de cinco y a veces seis elementos, su repertorio es amplio pues abarca desde valses hasta polkas, pasando por el huapango y el son. Han sacado ya tres discos: Música Tradicional Mexicana volumen I, II y III, este último presentado el 12 de marzo pasado y del que Paulina, la voz principal del grupo por cierto, afirma que es el que refleja mejor el crecimiento del grupo a lo largo de los 12 años de trayectoria.
En sus inicios, el grupo fue asesorado en cuanto a la música por el profesor Daniel García Blanco, consejero de muchos folkloristas de México como Tehua, el Trío Los Morales, Amparo Ochoa y Óscar Chávez.
“Vamos a urgar en ese tesoro que tenemos y ya nadie quiere voltear a él, vamos a sacar todo lo que podamos y vamos a devolverlo a la gente, porque ésta es una fuente importantísima de nuestra cultura, nos da cercanía con las cosas más próximas a nosotros, desde lo material, desde lo emocional hasta lo espiritual porque está alado para nosotros, está hecho en nuestro lenguaje, con nuestras figuras, sutiles también, con nuestras propias metáforas estamos haciendo una interpretación de la vida. Me parece importantísimo devolverlo”, señaló Favil Flores.
Tras su presentación en el Patio del Quijote en el marco de la III Feria Estatal del Libro y la Lectura (FELyL), el investigador lamentó que México sea un país que tenga que importar cultura cuando tiene expresiones culturales muy valiosas.
Tras descubrir ese fenómeno, Favila Flores inició la recuperación de este legado musical con el fin de que alguien en el futuro pueda tener acceso y “subsanar el déficit cultural”.
“La única aportación que podemos hacer nosotros es dejar un trabajo serio de recopilación, de documentación de alguna de las músicas donde se perdió el relevo generacional. Piezas que debemos documentar para que alguien más adelante pueda por lo menos tener acceso a ella”, comentó.
“Comencé a engancharme con música y expresiones en lo general que se da en otros lados en donde ya se estaba haciendo la defensa de las cosas que nos dan identidad y raíz, sobre todo que nos pertenecen porque por generaciones ha sido así. Nosotros debimos de haber sido los depositarios de esta herencia y en algún momento algo ocurrió”, añadió.
Acerca del trabajo que se realiza en Michoacán, reconoció el esfuerzo en la recuperación de valonas terracalentanas.
“Es un género también en décimas, utiliza esta forma de versificación y está viva, tenemos a un Beto Pineda que está haciendo valonas aún”, sentenció.
Al patio del Quijote, también llegó la Orquesta Típica del Estado de Querétaro que dirige Julio Gándara quien aseguró que se integra por jóvenes dedicados de lleno a la música, la mayoría con licenciatura en educación musical egresados de la Facultad de Bellas Artes de la UAQ.
"Estamos dedicados a hacer cultura, rescatar, preservar y difundir la música, sin que sea carácter nacionalista”, además de integrar a su repertorio a grandes autores mexicanos de la bella época de México -1880 a 1950- villancicos y música navideña como la que se interpretó en la última presentación artística de uno de los estados invitados a la FELyL, Querétaro.
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